Kobe Bryant y su hija Gianna que también jugaba baloncesto y murió en el accidente

Gigi, como le decía de cariño su padre, ya estaba interesada en las más importantes universidades y equipos de la WNBA, el campeonato profesional femenino estadounidense con el que Gianna Bryant quería seguir el legado de su padre. 

Cuando fanáticos de Los Angeles Lakers le pedían que tuviera un hijo varón para que continuara su legado, Kobe Bryant sonreía y decía "ella es algo especial" cuando juega baloncesto. 

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"Cuando salimos, fanáticos se me acercan, mientras ella está a mi lado (...), y me dicen: 'Tienes que tener un varón, tienes que tener a alguien que siga con tu tradición, tu legado'; ella me dice: 'Yo me encargo'", contó en 2018 en un programa especial de Jimmy Kimmel. 

Bryant, padre de Natalia, de 17 años y jugadora de voleibol, de Gianna, de Bianka (3 años) y de Capri (siete meses), presentía que ya tenía su heredera. Gigi se había convertido en su sombra. 

Ella lo acompañaba a partidos de la NBA y la WNBA, se entrenaba junto a él en el gimnasio de su casa y además él entrenaba al equipo de su escuela. 

Según su padre, modelo de profesionalismo y exigencia durante toda su carrera, Gianna, a quien llamaba afectuosamente Gigi, estaba como él, obnubilada por el baloncesto. 

"Lo que amo de Gigi es su curiosidad por el juego, es muy curiosa. En situaciones complejas durante un partido, ella tiene la capacidad de parar un momento y venir a hacerme una pregunta muy precisa, algo que no es común, había explicado el emblemático número 24 de los Lakers al diario Los Angeles Times en octubre pasado. 

"Es un privilegio ver sus movimientos y las expresiones que hace, es increíble cómo funciona la genética", añadió entonces la estrella. 

Gianna había vuelto a encender la pasión por el baloncesto de su padre, después de que el fin de la carrera de él estuviera rodeado de lesiones graves y desilusiones deportivas con los Lakers. 

El orgulloso padre que se la pasaba publicando fotos y videos de los juegos de su hija, contó que Gigi ya tenía en mente lo que quería hacer, “quería ir a toda costa a la Universidad de Connecticut”, referencia del baloncesto estadounidense, antes de probar suerte en la WNBA. 

Su padre y su padrino Rob Pelinka, exagente de Kobe y director general de los Lakers, le habían arreglado encuentros con estrellas y entrenadores del baloncesto femenino. 

Más allá de su reconocido apellido y ascendencia, sus aptitudes en la cancha llamaron la atención especialmente del entrenador del equipo LA Sparks, la franquicia de baloncesto femenino con base en Los Ángeles. 

"Tienen la misma forma de actuar y la misma personalidad", había asegurado Derek Fisher, excompañero de equipo de Bryant en los Lakers. 

También había heredado un apodo inspirado en el sobrenombre "Black Mamba" de su padre: para muchos, ya Gianna era "Mambacita". 

Hace solo una semana, Kobe publicó un video de su hija disparando durante uno de los juegos de baloncesto de The Mambas. 

Precisamente, el día del de su muerte Kobe y Gianna se dirigían a la Academia de Deportes Mamba, que cofundó el exjugador de la NBA, donde se esperaba que ella jugara. 

Un día después de conocerse el fatal accidente, la NBA y el mundo del deporte están en shock porque uno de los más grandes campeones de la historia del baloncesto, y quien le seguía sus pasos, murieron. 

Entre tanto, un equipo de 18 personas investiga este lunes las causas del accidente en el que perecieron el quíntuple campeón de la NBA de 41 años, su hija Gianna de 13, los otros seis pasajeros y el piloto que viajaban en un helicóptero Sikorsky S-76 que cayó a tierra el domingo en las colinas cercanas a Calabasas, en el sur de California.