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Yerry Mina y Miguel Borja presentes en la derrota del Palmeiras ante Barcelona

El partido se jugó en el estadio Isidro Romero Carbo

El ecuatoriano Barcelona logró una sufridísima victoria por 1-0 ante el brasileño Palmeiras en Guayaquil, en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores 2017.

En un partido de final electrizante y claramente dominado por los locales, el delantero uruguayo Jonathan Álvez convirtió el único tanto en el 90+1, con un disparo que entró raso por el palo izquierdo del arco paulista. 

La vuelta será el 9 de agosto en el Allianz Parque de Sao Paulo.

El vencedor de la llave se enfrentará al ganador del duelo brasileño de octavos entre Atlético Paranaense y Santos.

El Santos, tricampeón de la Libertadores (1962, 1963, 2011), se adelantó en el partido de ida, también este miércoles, con un 3-2 a domicilio.

En el Monumental de Guayaquil, ambos equipos saltaron al césped con una estrategia muy definida.

Conscientes de que un buen resultado como locales era vital para sus aspiraciones en esta llave, los 'canarios' se dedicaron desde los primeros compases a asediar el arco de los brasileños.

Pero ninguna de las escasas ocasiones creadas en los primeros 45 minutos puso en peligro el arco de Fernando Prass.

Los paulistas, por su parte, salieron replegados en su campo y dejaron que los locales tocaran el balón, con la esperanza de que fuera abriendo espacios para explotar su rapidísimo contraataque con sus puntas Dudu, Willian y Borja.

Tal estrategia estuvo a punto de surtir efecto.

En el 22, en la ocasión más clara de la primera parte -y tal vez del partido-, Dudu recuperó un balón y, tras marcarse varias decenas de metros de rapidísima internada hasta el área rival, cedió el balón a Willian, cuyo disparo con toda la intención salió fregando el palo derecho de la portería de Banguera.

La segunda parte, mucho más frenética, fue un calco de la primera: los locales, aupados por su entregada afición, aumentaron su presión y convirtieron los 45 minutos finales en una sucesión de contraataques, muchos de ellos de las botas de Álvez, que no lograban culminar.

Pero en el último tercio empezó a asomar la posibilidad, cada vez más inevitable, de que los brasileños no iban a poder soportar tanto asedio, tanta subida por las bandas, tanto centro al área chica.

Cada vez los locales estaban más arriba y el 'verdao' más replegado, suplicando por que el reloj corriera más rápido.

Hasta que, tras mucho sudar y mucho sufrir, cuando el empate se daba por hecho, el uruguayo Álvez, sin duda el mejor y más incisivo jugador del partido, recibió el balón en el borde del área grande en el 90+1.

Sin pensarlo mucho, se preparó el balón y su disparo con la derecha fue desviado por un defensa brasileño, con la fortuna (para los locales) de que la bola terminó entrando, rasa e imparable, en la portería de Prass.

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