Sandra Arenas y sus tres secretos para ganar medalla en los Juegos Olímpicos

Arenas señaló que junto con su psicóloga había avanzado en el proceso de visualizar qué podía suceder durante la competencia. 

“Me sentía tranquila, que iba a mejorar la técnica y que nunca me iban a descalificar y jamás me pasó por la mente”, señaló.

La atleta reconoció el trabajo de su equipo de apoyo integrado por su entrenador, médico, nutricionista, fisioterapeuta, psicóloga e indicó que sin ellos habría sido imposible obtener la medalla de plata.

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Dijo que la competencia fue muy difícil y que “desde el inicio todas queremos ir en la punta, todas se quieren ubicar, tiran pata, quieren sacarle el tenis a uno, lo arañan, lo gritan, varias veces estuve alegando con competidoras porque quería coger agua y no me dejaban.  De hecho una de Australia que ya la había conocido en un campamento me pasaba agua, estoy muy agradecida con ella".

"La china también me gritaba y yo a ella, eso es un campo de batalla horrible porque todo el mundo quiere estar en el podio y todo el mundo se ha preparado pero aquí gana el que es más fuerte física y mentalmente”, agregó.

Sandra Lorena Arenas antes de los Juegos Olímpicos, tuvo tres lesiones, una de ellas muy compleja. Sin embargo, logró recuperarse al 100 %.

Explicó, que durante la pandemia fue aún más difícil entrenar pero alquiló una trotadora y tenía comunicación permanente con los entrenadores.

También le agradeció al sacerdote Jhonatan Darío García Piedrahita, ubicado en Armenia, quien la apoyó incondicionalmente y le decía que nunca dejara de entrenar, de soñar y alcanzar esos objetivos.

Arenas manifestó que está muy orgullosa de haber nacido en Risaralda y agradeció el apoyo que ha recibió en Quindío y Antioquia durante su carrera.