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Diego Ventura ocho orejas y dos rabos en su actuación en solitario

El rejoneador Luso-Español Diego Ventura, quien organizó su encerrona en la plaza de la localidad de Espartinas, por haber quedado por fuera de la feria de Sevilla, cumplió con éxito en plaza llena, su gesta torera como máxima figura del rejoneo.

El periódico El Mundo de España, trae la siguiente crónoica de lo que se vivió en la encerrona de Ventura, donde obtuvo un gran triunfo, con toros de diferentes ganaderías:

Diego Ventura se encerró en solitario en Espartinas con seis toros, entre ellos tres de hierros menos habituales en corridas de rejones y logró un triunfo espectacular. El no hay billetes fue el anuncio de que su gesta había logrado ganar la atención del aficionado. Su tarde fue una verdadera exhibición de recursos.

Al ruedo saltaron veinte caballos, algunos muy nuevos, lo que puede dar idea de la magnitud de la cuadra del caballero lusitano de La Puebla. Sacrificó en parte su propia brillantez al probar cabalgaduras que todavía no están formadas para compromisos mayores. Su generosidad fue extrema al invitar a los Forçados Amorosos de Alcochete para que realizaran pegas en el segundo y en el quinto. Y aún fue más generoso al compartir banderillas con los dos sobresalientes, Manuel Moreno y José Manuel Munera, en el cuarto. Se apartó a un lado para que los dos jóvenes caballeros pudieran clavar garapullos. Todo ello ataviado con una chaquetilla torera de terciopelo sangre de toro y bordados en azabache.

La exhibición de Ventura tuvo momentos de arte del rejoneo con mayúsculas. Con el jabonero de Prieto de la Cal, muy bueno, sacó a Bronce, templado al encelar a la res a dos pistas, y a Lío, un caballo sencillamente genial. El de Pallarés Buendía, encaste Santa Coloma, fue más complicado para el toreo a caballo. Además, aparecieron caballos menos curtidos, como Duelo, pero fue el fallo al matar lo que le dejó sin premio.

El de Partido de Resina, grande y musculado, dio buen juego. La aparición de Nazarí marcó la tarde, porque el ya veterano caballo es pura flexibilidad y temple. Fue el momento de la puesta en escena de los Forçados, que ante la fuerza del toro no lograron la pega hasta la segunda ocasión.

Buen toro el de la propia ganadería de Diego Ventura fue el cuarto. De nuevo hicieron acto de presencia caballos nuevos, como Jaguar o Alcochete. Fue en la lidia de este toro cuando la lluvia llegó hasta la plaza de Espartinas. Ventura invitó a los sobresalientes Moreno y Munera, que clavaron banderillas a su antojo. Tan generoso fue que cuando fallaban él mismo les ofrecía su banderilla para que volvieran a intentarlo.

El quinto, del hierro de María Guiomar Cortés de Moura, también fue un buen toro para el toreo a caballo. De nuevo caballos con menos conocidos, como ese Vivaldi, pequeño, fuerte y nervioso, que corre a dos pistas, quiebra y recorta con gran agilidad. Ahora los Forçados pararon al toro a la primera, Bronce salió para poner las cortas y llegó uno de los detalles de la tarde. Ventura mató con la espada. Un pinchazo y media antes del descabello pie a tierra.

La Fiesta acabó con un buen toro de Los Espartales, lluvia a destajo, saludo con la garrocha, y Fino y Dólar para llevar el delirio al tendido. Con el segundo puso su conocido par a dos manos sin riendas que enloquece a todos. Fin de fiesta por todo lo alto y Ventura en la cima del rejoneo.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Espartinas, lleno de No hay billetes. Toros, por orden de salida, de Prieto de la CalPallarés BuendíaPartido de ResinaDiego VenturaMaría Guiomar Cortés de Moura y Los Espartales, de buen juego en general, salvo el de Pallarés. Actuaron los Forçados Amoroso de Alcochete y los sobresalientes Manuel Moreno y José Manuel Munera.

Diego Ventura, de sangre toro y azabache, una oreja, silencio, dos orejas, dos orejas y rabo, una oreja y dos orejas y rabo. Salió a hombros.

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