En Manizales David Mora a hombros tras gran faena

Otra tarde de muy buen clima, con sol y tres cuartos de entrada en los tendidos, en la segunda corrida de la feria de Manizales. Se lidió un encierro de la ganadería de La Carolina, toros que pastan en el Departamento de Antioquia. Encierro bien presentado que para un comentario apretado, se podría decir que la corrida en su comportamiento se partió en dos, una primera parte en la que los de la Carolina mansearon, no tuvieron fondo y se pararon muy pronto y una segunda en la que salieron ejemplares muy bonitos, con hechuras y de gran comportamiento, sobre todo el cuarto y el quinto, lo mismo que el sexto que se apagó más pronto. Luís Bolívar lo puso todo ante el bravucón y geniudo primero de la corrida que se paró, tardeó y sin clase medio embistió en las poderosas tandas que el colombiano pudo propinarle por el pitón derecho. Otra cosa fue el cuarto, un toro, bajito, cuajado, armónico, de embestida clara y pronta, pero aquí Bolívar nos quedó debiendo y al toro también, pues creemos que era para haber rota al toro y haberse roto con él. Estuvo correcto, pero quedó faltando y faltando es una medida que no sirve en una corrida en la que hay que aprovechar las oportunidades. David Mora es español, pero se siente colombiano, le gusta estar en nuestro país. Lo recuerdo cuando aún no era de figurar como ahora y andaba por la provincia colombiana en plazas como Lenguazaque-Cundinamarca, Tuta-Boyacá, Aguazul-Casanare, invitado y traído por su amigo el matador César Camacho. En Manizales salió con ganas, con respeto a un público que lo recibió con cariño. En su primero no pudo hacer mucho por manso el toro, por apagado y lo grande vino en el segundo, un toro serio, bien presentado, con cara que embistió prácticamente en cámara lenta, con mucha nobleza y calidad y del que dio buena cuenta con una faena seria, de toreo fundamental por ambos pitones, metió riñones, bajó la mano y mandó….fueron muchas virtudes del intérprete y del toro. Buena estocada hasta la empuñadura y dos orejas. Daniel Luque, joven de pundonor y amor propio que ría comenzar triunfante en Manizales y lo consiguió, al cortar una oreja en su primero, mansito el toro, al que tapó muchos defectos del torero de Gerena-Sevilla. Su segundo fue noble que duró poco, exprimido al máximo y al que mató de una estocada de premio. La gente pió con fuerza la oreja pero el palco no la concedió, lo que hizo entrar en disgusto al diestro sevillano. Un dato, al toro “Farruco”, lidiado por David Mora, al que le cortó las dos orejas y de gran comportamiento, el ganadero Santiago Uribe, decidió sacarle semen Post-Mortem, por su calidad.