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Reyter puerta grande en Tuta-Boyacá

En la linda municipalidad boyacense de Tuta, tierra agrícola, en tarde de verano, el torero antioqueño, consiguió abrir la puerta grande de la plaza de ésta localidad, al cortar dos orejas, en corrida en la que participaron los hierros de “El Paraiso” y “las Ventas del Espíritu Santo”.

Con tres cuartos de plaza como entrada, en tarde muy caluroso (fenómeno del niño), en un marco incomparable de ambiente y cultura en las festividades de la feria de Tuta en el Departamento de Boyacá, se llevó a cabo una de las dos corridas programadas en ésta municipalidad.

Se corrieron tres toros de la ganadería de El Paraíso, de Don Jerónimo Pimentel, bien presentados, dos jaboneros sucios y uno negro mulato listón y detrás de ellos, la genética de los Juan Perdo Domecq, Salvador Domecq y tres de Las Ventas del Espíritu Santa, del maestro César Rincón, bien presentados de capas negras.

Curro Díaz, silencio y silencio
Manuel Libardo, silencio y una oreja
Sebastián Reyter, una oreja y una oreja

En la corrida cada torero sorteó un toro de cada una de las ganaderías inscritas. El toro más destacado fue un jabonero Sucio, perteneciente a “El Paraiso”, toro bravo que recargó con claridad en el caballo, produjo tumbo y fue encastado en la muleta, humillado, bien aprovechado por el matador Reyter.

Curro Díaz, torero español, solo dejó atisbar detalles de su pellizco sevillano; Manuel Libardo estético; Reyter valiente, entregado y con mucha actitud, lo que es de esperarse de un joven espada con apenas dos años de alternativa. Algunos en ocaciones le hacen el repara que prolonga mucho las faenas, pero se entiende, pues sus ganas se salen de su traje de luces.

También para destacar, un soberbio par de banderillas por parte del banderillero cordobés Garrido, dejándose llegar el toro y con mucha clase y marchosería, clavó y se fue de la cara del toro. Este par es uno de los más importantes, por su clasicismo, instrumentado en lo que va corrido de temporada grande en Colombia. Con el, la plaza estalló de emoción y admiración por el joven hombre de plata.

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